El surf es así, por naturaleza. Hay que saber esperar. Desde lo más obvio y evidente: hay que esperar las olas. No es como el wakeboard - unos bidones de nafta y al agua. Ni siquiera como el snowboard, donde hay que esperara la cola de la silla. Acá la paciencia juega un rol primordial. De una buena sesión, muy difícilmente el tiempo arriba de la ola pase del 5% del total. La esencia del surf esta tanto en la espera de la ola como en la ola misma. Si no te bancas la espera, ahorra y comprate una máquina de fotos, un caballo de polo, un balero o una wii.
Muchas veces la espera es indefinida. Nunca sabes cuando va a llegar la serie, ni si cuando llega vas a estar bien ubicado, ni si el tipo ese que parece un palito de helado te va a comer crudo en la remada. Pero la espera va mas allá. No es solo el tema de la ola, sino que se evidencia en todos los aspectos del surf.
Hay que esperar para que llegue el swell. Si el pronóstico esta flat, te podes pasar días enteros mirando los pronósticos, chequeando distintas fuentes a ver si alguna amaga a pronosticar una minima y esperanzadora variación. Ni hablar si vivís lejos de la playa. Ahí tenes que esperar no solo que entre el swell, sino que coincida con tus días libres para poder largarte a la costa. Aprender a surfear requiere mucha paciencia. Mucha. Si fuese fácil, todo el mundo surfearía (cuantas veces habremos escuchado “como me gustaría aprender a surfear”). Porque no todos lo hacen? Porque requiere mucho esfuerzo, pero paciencia sobre todo.
Y los surf trips? Cuantos meses antes se comienzan a gestar? O años? Si incluimos todo el tiempo que el surf se roba de tu vida, la preparación, el mantenimiento de los equipos, el tiempo chequeando los spots, los viajes, etc., el tiempo encima de la ola es un infinitesimo del total. Y aun así, vale la pena. Por eso, si no sabes esperar, fuiste.
Y así de histéricos son los posts que vienen. Se hicieron esperar.
martes, 11 de mayo de 2010
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