Hay una olita: Ayer nomás...

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ayer nomás...

Hay un sobre amarillento con fotos a la vieja usanza. Lo abro y una imagen me transporta implacablemente 13 años en el tiempo: aquel primer viaje a MDQ en el R9, y la mañana en la que abrimos las persianas de lo de Curatella y vimos la derecha perfecta del Torreón reventando frente a nuestra casa.

Era 1998, Mayo si no me falla la memoria.

Cómo no íbamos a volver siempre, siempre, siempre, si la primera vez fue tan perfecta?

gringo

El Torreón - Mayo 1998
-gringo, vacol, jones y "la boya"- (foto: turista Ibañez)

gringo ensayando su backside estilo 'vieja con diarrea' - El Torreón - Mayo 1998

Acantilados - Marzo 1999
oso panda, gringo, vacol y jones.

1 comentario:

Agustin Richards dijo...: Mas especificamente, Viernes 1 al Domingo 3 de Mayo de 1998. Feriado del Dia del Trabajador, como olvidarlo. Ese viaje marco un antes y un despues. La mojadita de pecho turista del Pulpo y las boyeadas del Mandril. Las andanzas nocturnas por la Avenida Luro, las recriminaciones de Na-Na-Nario y los mates en el balcon Curatella. Trece años despues, estoy corriendo Jeffrey's Bays, pero la magia de ese trip es dificil de igualar. Asi como escuchamos las historias de historicos surferos corriendo Cabo Corrientes, les diremos a nuestros sucesores: "Yo corri el Torreon".

Vacol.; 14 de septiembre de 2011, 3:22

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Dulce Espera

La multitud espera

en el Torreón del Monje.

Marca el labio, ahí viene

vamos para allá.

De un momento a otro

vendrá, arrasará.

Si no soy yo serás vos,

ya tendré mi oportunidad.

La sangre se agita.

media vuelta y ahí voy.

Su forma se levanta,

soy parte de esta masa.

Pocos segundos, una eternidad

yo y ella flotando en éxtasis.

Te siento en mis pies,

me excita llegar hasta el fin.

Recorro tus curvas,

me amarro a tu pendiente,

fuiste única una vez más,

por favor no te desvanezcas.

Sin aire me vuelvo a acostar,

agotado no importa voy por más,

todavía te siento vibrar,

valió la pena esperar.

Imaginando Rosa

...y el amanecer nos encuentra entrando a Brasil por Rivera del Este. El paisaje comienza a tornarse cada vez más verde, más boscoso. Pasando Porto Alegre se empiezan a ver los morros a lo lejos, y de tanto en tanto se ve el mar. Un cartel a la derecha dice "Trebo de Garopaba - 80 km.", y se ven algunos autos con tablas en el techo. Entrando al camino de tierra se nos cae un lagrimón al pasar por en frente del "Mercado Central do Rosa". El aire que entra por las ventanas abiertas es cálido y nos envuelve el olor a sal...

Finalmente llegamos a nuestra morada, una cabaña de madera con vista al oceano atlantico. Bajamos el equipaje, las tablas, acomodamos todo rapidamente en el living de la casa y corremos al balcon a mirar como esta rompiendo. Canto Sur, 2 surfistas. Chato. Canto Norte, una docena de surfistas para enfrentar la continua entrada de ondas que vienen avisando de su llegada desde casi 50 metros atras del point. Un pico de metro y medio que rompe armoniosamente hacia ambos lados. Nuestras mentes recorren las olas dibujando estelas imaginarias y construyendo maniobras perfectas. Nos miramos el uno al otro, sonrisas dibujadas en acuarela. Desenfundamos tres Camaron Brujo y sin que lleguen a pasar 10 minutos estamos con los pies en el agua, atandonos el leash con nervios, las rodillas tiemblan y los musculos se contraen.

Simultaneamente nos arrojamos sobre las tablas y empieza la remada, suave y veloz, mar adentro, aprovechando las corrientes del agua que huye de la arena. La adrenalina fluye, y nos permite llegar al point antes del proximo set. Me siento en la tabla y empiezo a cantar para mis adentros una melodia conocida..."Road trippin with my two favourite allies...fully loaded...". El agua me refresca de los hirientes rayos del sol carioca. Si existe la felicidad, se debe parecer a esto....pienso. De pronto una montaña de agua interrumpe mis pensamientos, se me sube el corazón a la boca, aunque logro gritar bien fuerte "La Vacotaaaaaaaaaa La Vacotaaaaaaaaa".

Dos remadas, brazo derecho, brazo izquierdo y esa energía única que tanta veces sentí, me vuelve a sorprender una vez más y me empuja hacia el infinito, hacia un silencio absoluto donde la ley de gravedad no existe y los movimientos son a la vez 100% libres y 100% predeterminados. Ni una gota de agua fuera de lugar, y mi tabla me lleva a recorrer 40 metros de paraíso por los cuales hice un viaje de 1500 km. La matematica no cierra, pero al carajo con los numeros. Se vienen 15 interminables dias de puro surf, sin los cuales no podria seguir viviendo...

lunes, 12 de septiembre de 2011

Ayer nomás...

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