sábado, 14 de junio de 2008

Bermejo Conecta






Después de 222 km de la Panamericana Norte, mucho mate, medialunas, tombos y casi choques llegamos nuevamente a Bermejo. Esta vez las olas nos dieron una gran bienvenida. Poco crowd y un respetable tamaño. Y lo mejor de todo, estaba rompiendo la pimera sección, que de vez en cuando permitía conectar con la segunda y así correr una ola de como 800 metros (calculando a ojo) o más. Al principio una ola con un drop divertido, cerca de unas rocas que le daban un toque adrenalínico y una pared bien rapida y empinada, que iba cerrándose frente a un acantilado para pasar justo por el borde, y finalmente abrirse a la bahía en donde los últimos y largos metros se pintaban y dejaban estelas de cometa. Esteban agarró una de estas. Todavía tiene la sonrisa incrustada en la cara.  También creo que tiene incrustado un cacho de roca, pero que eso se los cuente él.
Al mar, respect. Y a mi zapatila que quedó flotando allá, la envidio.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

muy buenas largo!

algunos másvale que me quedaron tras ese mágico fin de semana:

Masvale 1: Remar unos minutos más o descansar un rato que tratar de entrar al point por las rocas. (Mucho más cuando viene la serie y estas tan excitado que no la viste)
Masvale2: tabla que cabeza rota
Masvale3: hotelcito que carpa

Buenazas las fotos.

Abrazotes,

gringo

Anónimo dijo...

- La zapatilla -

Sobre el acantilado y tras la última sesión del día, mirando las olas que seguían rompiendo una tras otra, el largo masticaba una manzana cual rumiante pampeano. Habiendo terminado de darle la vuelta al fruto y luego de chequear que no quedara nada de carne pa mondear, lanzó el resto de su almuerzo al aire y al grito de "y le pega palermo..." le propinó una certera patada, y mientras veía la manzana dirigirse al arco imaginario cuyas redes eran el verde mar atras del acantilado, otro grito salió de su boca al notar su pie descalzo y ver a su zapatilla volando libremente detrás del carozo: "la puta que lo parió". Luego dio media vuelta muy trastornado por semejante pérdida, abrió la heladera, peló una banana y se la comió tranquilamente.